EMMANUEL DIOS CON NOSOTROS
Encendido de la cuarta vela de adviento (vela roja)
Canción: //Ya viene, ya viene, ya viene la navidad//
//Encendamos la vela, la vela del amor//
//Y con ella prendida el amor renacerá//
Lectura Bíblica:
Primera: Isaías 7, 10-14
Salmo 24
Segunda: Romanos 1, 1-7
Evangelio: Mateo 1, 18-24
Nexo entre las lecturas
La síntesis de la liturgia de este cuarto domingo de adviento es : "Emmanuel”: que significa “Dios con nosotros". Este domingo es una especie de vigilia litúrgica de la Navidad. Se anuncia la llegada inminente del Hijo de Dios. Se resalta que este niño que nacerá en Belén, es el prometido por las Escrituras y constituye l
a plena realización de la Alianza entre Dios y los hombres y las mujeres.
La primera lectura expone el oráculo del profeta Isaías. El rey Acaz desea aliarse con el rey de Asiria para defenderse de las acechanzas de sus vecinos (rey de Damasco y rey de Samaria). Isaías se opone a cualquier alianza que no sea la alianza de Yavéh. Lo que el profeta propone al rey es una respuesta de fe y de confianza total en la providencia de Dios, verdadero rey de Jerusalén. El rey Acaz debía confiar en el Señor y no aliarse con ningún otro rey. Sin embargo, el rey Acaz ve las cosas desde un punto de vista terreno : desea aliarse con el más fuerte, el rey de Asiria. Isaías sale a su encuentro y lo apremia: "pide un signo y Dios te lo dará. Ten confianza en Él". Sin embargo, el rey Acaz teme abandonarse en las manos de Dios y se excusa diciendo: "no pido ningún signo". En su interior había decidido la alianza con los hombres despreciando el precepto de Dios. Isaías se molesta y le ofrece el signo: "la Virgen está encinta y da a luz un hijo y le pone por nombre Emmanuel, es decir, Dios con nosotros". La tradición cristiana ha visto en este oráculo un anuncio del nacimiento d
e Cristo de una virgen llamada María . Así lo manifiesta el Evangelio de Mateo : María esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo y este será el Cristo. . Esta fe en Cristo se recoge admirablemente en el prólogo de la carta a los romanos. El apóstol Pablo ofrece una admirable confesión de fe en Cristo Señor. Nacido según lo humano de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios. Pablo subraya el origen divino del Mesías y, al mismo tiempo, su naturaleza humana como "nacido de la estirpe de David". Verdadero Dios y verdadero hombre.
Para reflexionar
Estamos al el final de "espera" de aquel que vendrá. El Adviento es el tiempo de ser para preparar y recibir el amor de Dios, un amor que invita a las personas a confiar en Dios-Emanuel y servir con alegría unos a otros. En tiempo del Adviento reflejamos con el amor y paciencia la venida del Mesías, el Salvador. Dios preparó su venida, su llegada, cuidadosamente, con amor y misericordia. Para que el Salvador viniese al mundo Dios invitó y llamó a personas simples para que le sirvieran.
El desea habitar, morar en medio de la humanidad, quiere ser gente como la gente, quiere encarnarse, desea colocar su amor más cerca de cada uno/una de nosotros en Cristo Jesús, su hijo. Para eso, necesita contar con la ayuda de algunas personas. Dios no lo puede hacer solo, a pesar de su omnipotencia, decidió contar con colaboradores (a), instrumentos suyos en el gran plan de amor y salvación por la a humanidad.
El gran desfío: disposición para servir en amor". Dios cumple su promesa al enviar al Mesías esperado al mundo, su amor jamás termina, se extiende a todas las generaciones. Él lo hace de forma libre, gratuita, con disposición de servir a la humanidad. Así también María comprendió su misión y decidió servir a Dios de forma libre y gratuita, movida por el amor, cuando acepto ser la madre del Salvador.
Fue eso lo que sucedió cuando un ángel fue enviado para anunciar a María que ella seria la madre del hijo de Dios, el Altísimo. Su primera reacción fue de un gran susto, al ver a un ángel dirigiéndose hacia ella, diciendo "Alegrete María, pues ¡Dios te ha bendecido de manera especial! El Señor está contigo. Si, ella se quedó perpleja, sin saber qué hacer, sin entender lo que significaba aquello. ¿Qué es lo que quería este ángel con una simple mujer del pueblo de Israel, que morava en Nazaret de Galilea, un lugar sin mucha importancia? Su espanto fue tan grande que ella no podía hablar, ni responder, ni preguntar al ángel sobre lo que él desea, lo que él quiere... Con certeza el ángel percibió el estado de pánico y miedo en que María quedó y le dice: "No temas! Dios está contigo. Vas a quedar embarazada y tendrás un hijo, a quien le pondrás por nombre Jesús. El será un gran hombre, será rey y su reinado no tendrá fin”.
Esperar y confiar en lo que vendrá: María sabia de la esperanza que animaba al pueblo, de la acción liberadora de Dios a los que en el confiaban. Por conocer las promesas sobre la venida del Mesías, María confía en las palabras del ángel, dándole la razón. Sabía que el Mesías vendría. Pero lo que ella no sabía, ni siquiera se hubiera imaginado, es que ella estaría incluida en este acto, al ser llamada y convocada para ser madre del niño Jesús. Por eso ella quería entender mejor como iba a suceder.
Sara, Isabel, María, tantas mujeres fueron bendecidas por Dios a lo largo de la historia y con sus acciones, coraje, disposición y servicio, pudieron experimentar una nueva vida da parte del Creador, para lo cual nada es imposible.
Disponernos en apertura y humildad a la invitación de Dios : Cuando María comprendió de que se trataba la acción del Dios que todo lo puede, todo lo alcanza y todo lo consigue, ella prontamente se dispuso a servirle y dice: "Heme aquí Señor, soy tu sierva, que se cumpla en mi tu palabra". Qué hermoso gesto el de María. Colocarse a disposición para servir a Dios en amor gratuito... ella no hace más cuestionamientos, no entra en detalles de cómo será, simplemente acepta y desea servir, participar con alegría del plan de salvación que Dios tiene para toda la humanidad.
Así como María son muchas las personas que necesitan ejercitar su fe, creer con todas sus fuerzas, con el cuerpo y el alma, confiar en las promesas de Dios, en sus palabras, en su acción en este mundo, en su modo de actuar al escoger gente simple y humilde para servirle, para hacer parte del plan de salvación, de entregarse enteramente en las manos del Creador. Sin embargo ¿En cuántas propuestas las personas de hoy confían sus vidas, propuestas falsas, pasajeras.... que no son sólidas... que no ofrecen liberación ni transformación a partir del amor, de la humildad, de la disposición para servir con fe y amor a Dios y al próximo?
Sólo puede servir quien acredita, quien confía en Dios que quiere vida plena y digna para todas las personas, sólo sirve quien tiene humildad, quien quiere seguir a aquel que nos sirvió primero y quien quiere dar testimonio de su amor como lo hicieron tantos profetas, profetisas, apóstolos, discípulos/as de Jesús en tantos tiempos y lugares. Quien sirve es movido por amor no por intereses.
Sugerencias pastorales
Como cristianos y cristianas que se preparan para celebrar el nacimiento necesitamos rescatar en lo días de hoy estas dos palabras: amor y servicio. Precisamos afirmar el testimonio que nuestra fe es movida por el amor, no por interés o retribuciones. Servimos y amamos porque Dios nos amó primero. Esa es nuestra motivación en este tiempo de adviento y navidad. En nuestro mundo capitalista somos educados a actuar conforme a la ley que dice: "solo lo hago si se paga, o si se gana algo a cambio". Pero Dios invierte esta lógica individualista y egocéntrica al llamar a personas para brindarse gratuitamente y hacerse presente en nuestra vida, desea estimularnos para que demos un poco de nosotros a aquellos que nada o poco poseen, que sea con gestos, palabras y acciones.
Hagamos de esta Navidad una oportunidad para que podamos creer más en Dios, en su amor por nosotros, en sus acciones liberadoras, y en su desafío para servirnos con más alegría y gratitud así como lo hizo María. Que la actitud de esta humilde servidora nos conmueva y mueva en nuestros corazones y a nuestro entendimiento. Y que la paz de Dios esté en nuestro servir y amor hoy siempre. Amén.
ORACIÓN CUARTO DOMINGO
Señor,
Descúbrenos la alegría
de la paciente espera,
activa y fecunda,
comprometida por la vida
de los que nos rodean.
Enséñanos a hacer crecer
la esperanza de algo nuevo,
anímanos a entregar nuestras vidas
para la construcción del Reino.
Es tiempo de espera, Señor,
pero también es tiempo de donación
y compromiso efectivo.
Ayúdanos a hacerlo siempre realidad
Amén.
.
Nos Bendecimos cantando
Dios te bendiga Dios te proteja
Dios te de la paz, Dios te de la paz
PARA REFLEXIONAR DURANTE LA SEMANA EL CORAZÓN PERFECTO.
Un día un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca.
Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en él ni máculas ni rasguños.
Sí, coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto.
Al verse admirado el joven se sintió más orgulloso aún, y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar.
De pronto un anciano se acercó y dijo: "¿Por qué dices eso, si tu corazón no es ni
tan, aproximadamente, tan hermoso como el mío?
Sorprendidos la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y éstos habían sido reemplazados por otros que no encastraban perfectamente en el lugar, pues se veían bordes y aristas irregulares en su derredor.
Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos.
La mirada de la gente se sobrecogió -¿como puede él decir que su corazón es más hermoso?, pensaron..
El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado, se echó a reír.
"Debes estar bromeando," dijo. "Compara tu corazón con el mío...
El mío es perfecto. En cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor."
"Es cierto," dijo el anciano, "tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me
involucraría contigo...
Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor.
Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado.
Muchos a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto.
Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegro,
porque al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido."
"Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio.
De ahí quedaron los huecos - dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor
que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amandoy alimentan la esperanza, que algún día -tal vez-regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón."
"¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?"
El joven permaneció en silencio, lágrimas corrían por sus mejillas.
Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció.
El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego a su vez arrancó un trozo del suyo ya viejo y maltrecho y con él tapó la herida abierta del joven.
La pieza se amoldó, pero no a la perfección.
Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes.
El joven miró su corazón que ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.
¡Desde aquí puedo ver lo hermoso que es tu corazón!
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